lunes, 10 de octubre de 2011

ABUELOS

Los segundos padres

Un vínculo fuerte y saludable resulta muy beneficioso para todos
  
“Cuando fui madre por primera vez la vida me cambió por completo. Fue increíble y maravilloso. Luego la experiencia se repitió en dos ocasiones. Pensaba que ya no podría querer a nadie igual. Pero ¡wuaw!, me equivoqué”, afirma Juanita Peres, una abuela de 63 años.
Pregúntele a otras abuelas y abuelos qué se siente ocupar ese rol y recibirá, con toda probabilidad, afirmaciones como la de Juanita. Al igual que para ella, ver a los nietos crecer equivale para muchos a vivir la maternidad o la paternidad por segunda vez, pero sin las presiones cotidianas y con el beneficio de la experiencia ganada a través de los años.
“Puedo decir que mis cinco nietos me hacen reír con solo pensarles. Cuando criaba a mis tres hijos todo era acelerado, tenía mucho trabajo y cansancio. Por eso, quizás, me perdí de disfrutar muchas de sus alegrías y vivencias. Ahora como abuela tengo la oportunidad de disfrutar de mis nietos con pausa, con detenimiento, con esmero. Por estos chiquitos soy capaz de hacer cualquier sacrificio”, comenta Peres
Como tantas abuelas y abuelos, ella asiste a sus hijos en el cuidado de los chicos. Es también la consentidora por excelencia, la historiadora familiar, la que responde el teléfono para dar consejo cualquier día a cualquier hora. Y es que en la sociedad Colombiana, a pesar de los cambios demográficos y sociales, la familia extendida -sobre todo los abuelos- sigue siendo muy importante.
“Digamos que las cosas han cambiado en el sentido de que antes era un asunto más rural, las familias se criaban en conjunto. A los niños los cuidaban tíos o padrinos y ahora por lo regular ya no es así. Sin embargo, aunque las familias estén separadas en distancia mantienen unas conexiones, sea llamando con bastante frecuencia, opinando, apoyando”, observa la trabajadora social y también abuela, JuanitaPeres
La relación entre abuelos y nietos ha sido estudiada en varias dimensiones. Entre ellas, una investigación del British Journal titulada “Envejecimiento y sociedad” concluyó que la edad de los abuelos y cuán cerca viven de sus nietos son los factores de mayor influencia en la calidad e intensidad del vínculo entre ambos. También se sabe que cuando el lazo afectivo es fuerte las ganancias para ambas partes son inmensas.
“Tanto abuelos como nietos se benefician”, comenta el sicólogo clínico y geriátrico Gerardo Rivera Torres.
A los nietos, relacionarse con los padres de sus padres puede ofrecerles un valioso sentido de pertenencia. A fin de cuentas, su experiencia de vida los convierte en seres capaces de compartir otras dimensiones de la vida con los nietos. Y a través de la sabiduría que otorgan los años transmiten valores, historias y enseñanzas. Cuando están presentes, forman ese vínculo que enlaza unas generaciones con otras.
Mientras, a los abuelos les inyecta cierto grado de juventud relacionarse con los chicos. “Siempre le va a causar felicidad y alegría compartir y cuidar al hijo de los hijos. Tiene un gran significado. Que los visiten y compartan con ellos les llena unos espacios de soledad que muchos viejos tienen hoy día”, indica el doctor.
Claro que, como ocurre en todas las relaciones, los excesos pueden ser perjudiciales. Un abuelo que no cuenta con la salud y la energía para cuidar a un menor puede sentirse desgastado si tiene que cumplir con esa responsabilidad. En Estados Unidos, se estima que unos 3 millones de abuelos están a cargo de la crianza de sus nietos.
“La verdad es que me quito el sombrero ante ellos por que a esta edad uno no tiene la fortaleza física ni el empuje emocional para mantener esos choques de ego que uno tiene con los hijos”, comentaPeres
Lo dice con la convicción ganada por la experiencia personal pues es Abuela de varios nietos .
“Si yo tengo que tener esos choques con mis nietas la que voy a salir perdiendo soy yo. Ya no tengo la misma firmeza”, apunta. Como profesional en el campo del trabajo social, Peres señala que el mejor consejo para los abuelos que asumen la tarea de criar a sus nietos es procurar redes de apoyo.
A los abuelos, en general, los insta a aprovechar al máximo la relación con los nietos.
“Yo les empiezo a hacer historias”, comparte Juanita quien procura tenerle a sus nietas un área de juegos. Junto a ellas cocina bizcochos y hace manualidades. Con el abuelo, cuenta Juanita, las niñas se entretienen con cosas tan sencillas como descubriendo una caja de herramientas.

“Este nieto nos ha traído una emoción muy grande. Decidimos ayudar en su cuidado porque además de colaborar con mi hijo y su esposa, queríamos que él también viviera una niñez como la tuvieron su padre y su tía, con la casa siempre llena de música, instrumentos, cuentos, rompecabezas. Queremos exponerlo a todas esas cosas que hoy se están perdiendo debido al contacto con tanta tecnología”,  De hecho, menciona que su esposo, un fanático del béisbol, espera con ansias el momento de ofrecer a su nieto el bate de plástico que era de su hijo y de poder llevarlo a un juego de los Yankees.
Ese valioso compartir además brinda un espacio para la cercanía y mimos tan importante en la niñez. “No importa lo que llore ellos son los nietos que amamos  mi bella y siempre será mi nieta favorita”, Solemos desir los abuelos.

“Es bien triste llegar a la casa de personas de edad avanzada y constatar que viven en condiciones infrahumanas”, sostiene la directora.
“Tenemos que enseñarle a los niños y jóvenes que no serán eternamente jóvenes. Como padres, debemos cultivar el respeto a nuestros abuelos para que tengan la sensibilidad de lidiar con ellos en la enfermedad y otros momentos difíciles. Al final, los padres vamos a cosechar lo que sembramos y si como hijos no nos ocupamos de nuestros viejos, posiblemente cuando nos toque a nosotros ese mismo trato será el que recibiremos”, apunta.

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