martes, 25 de octubre de 2011

BODAS INOLVIDABLES

Algunos dicen que el traje de novia es el más importante en la vida de una mujer. Siempre he pensado que es una forma de pensar entre otras cosas porque aunque fuera el de tu boda el traje-más-importante-de-tu-vida, ¿quién te dice que no vayas a tener más de un traje-más-importante-de-tu-vida? Sí, soy escéptica, y las estadísticas me apoyan. Eso y que la frase de marras me parece además un puntito machista. Haced click en las fotos para verlas más grandes.

A la izquierda John John Kennedy y Carolyn Bessette Kennedy el día de su boda en 1996 en Georgia, el vestido de ella lo diseñó Narciso Rodríguez. A la derecha, Jacqueline Bouvier Kennedy lanzando el ramo desde las escaleras de su casa familiar el día de su boda  (más fotos) con John Fitzerald Kennedy en 1953 en Newport.

Pero entiendo que si ya es importante para muchas mujeres (no todas, generalizar no es sólo injusto también es incierto), e imagino que para muchos hombres (cada vez más), llevar el mejor atuendo posible a fiestas, eventos importantes de tu vida, bodas a las que asistes como invitado, etc., más debe serlo cuando se trata de tu boda. Y no sólo por la carga emocional de la celebración en sí, sino también porque en caso de desastre estético, las fotos de ese cotillón penoso para el que te teñiste en casa por primera vez siempre las puedes hacer desaparecer, pero con las de tu boda es difícil que llegues a conseguirlo.

Grace Kelly y Rainiero de Mónaco el día de su boda (vídeo) civil, previa a la religiosa, el 18 de abril de 1956.

Y porque, además, las bodas acaban siendo nuestra alfombra roja particular. Y no sólo para los novios, también para los invitados. No estamos nominados a ningún premio, ni nuestra foto va a ser portada de ninguna revista, pero todos nuestros amigos, familiares y allegados, incluso los conocidos de éstos que lleguen a ver las fotos, analizarán y comentarán nuestro atuendo (y nosotros el suyo) de forma cruel y despiadada. A la española.

Grace Kelly y Rainiero de Mónaco el día de su boda religiosa, el 19 de abril de 1956. El vestido lo diseñó Helen Rose, y fue confeccionado por el departamento de vestuario de la Metro-Goldwyn-Mayer, la productora para la que trabajaba Grace Kelly como actriz hasta el día de su boda.

Por suerte, los vestidos y complementos a elegir son casi infinitos, más que tipos de ritos y novios hay. Y precisamente por eso me cuesta entender cómo es posible que las novias que deciden casarse por lo civil (en España el matrimonio civil es elegido, no obligado como en Francia o Bélgica) acuden al Ayuntamiento de su pueblo o ciudad, o a los juzgados, vestidas de Grace Kelly el día de su boda religiosa en el mejor de los casos, o como  Lady Di en el peor.

Audrey Hepburn y Mel Ferrer el día de su boda religiosa celebrada en septiembre de 1954. Ella llevaba un diseño de Balmain.

Aunque todavía se me hace más difícil de entender que, tras la breve ceremonia civil con el concejal que corresponda, los novios se pasen por la catedral o ermita de al lado a ofrecerle (en el sentido católico de la palabra) el ramo a la Virgen del lugar.

A la izquierda Audrey Hepburn el día de su boda civil con Andrea Dotti en Suiza en 1969. A la derecha Benjamin Biolay y Chiara Mastroianni el día de su boda civil en París.

Para gustos están los colores, pero si no has encontrado un sitio especial en el que celebrar tu boda civil que dé juego para vestirte como quieras, ¿por qué la cola y metros y metros de tul a las 12 del mediodía en los pasillos del juzgado? En mi opinión hay opciones muy chic, y más elegantes y apropiadas para una ceremonia de ese tipo.
Tampoco entiendo a las novias que se plantan delante del pater a celebrar el "Santo Sacramento del matrimonio" (para la Iglesia Católica Apostólica y Romana el matrimonio es un sacramento), y de paso comulgar -estaría feo que la novia se negara-, vestidas con un traje de fiesta con escotazo hasta el final de la espalda, cuajado de lentejuelas y con una boa de marabú.

Frank Sinatra y Mia Farrow el día de su boda en Las Vegas en 1966.

Esas novias suelen ser las que se casan “por la iglesia” para tener una boda tradicional con vestido blanco, lo que hace que el marabú resulte más incomprensible todavía. Si no eres creyente ni practicante y te importa más la fiesta que el matrimonio, ya que por eso te vistes literalmente de fiesta, ¿para qué quieres un cura? También existen vestidos de novia de estilo actual y original con los que se puede evitar parecer una Miss desfilando en traje de noche. Aunque imagino, que sobre esto también hay diferentes opiniones y gustos, y si quien celebra la ceremonia no tiene nada que objetar, no lo haré yo.

Mick y Bianca Jagger el día de su boda en Saint Tropez, el 12 de mayo de 1971. Primero se casaron en el ayuntamiento y luego en la iglesia de Santa Ana de la misma población francesa. El traje de novia es diseño de Yves Saint Laurent.

En fin, el caso es que, aunque son muchos los vestidos de novia que nunca me pondría, son muchas también las opciones que me gustan, salvo ir de largo al juzgado y de fiesta a la iglesia (sea cual sea el rito religioso). De momento, y por si acaso, iremos tomando nota de las propuestas que los diseñadores vayan presentando en la Pasarela Gaudí durante esta Bridal Week.

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